
Miña
primeira experiencia cun sistema GNU/Linux remontase xaa bastantes
anos atrás. Alguen me había comentado que existían alternativas a
Windows (que por aquel enton viña a nos con Windows XP) e
unha noite en vela significóu ter instalado no meu ordeador, e funcionando, un flamante e novo
Ubuntu. Ademáis dunha agradable sensación de trunfo, meu
yo del pasado pensóu que
a esto de Linux faltalle un pouquiño para que sexa doado de utilizar.
Dende enton xa sea en traballos, estudos ou na casa xa
han sido varias distribucions as que probei
(e algunha delas simplemente para ver cómo era, a curiosidade matou ao
gato, soen dicir). Lembro con agrado Mandrake 10 e os primeiros
pasiños de Ubuntu, as pelexas para activar os efectos de Compiz, os
temas Emerald e a parada cardiaca cando non arrancaban as X. Pero si
algo sigo mantendo é esa sensación que tíña hace máis de 5 anos:
a esto de Linux falta-lle un pouquiño.
Por
eso, después de darlle unhas cantas voltas pensei que había cinco
pilares que siguen fallando para que as distribuciones GNU/Linux podan chegar ao
público en xeral. Todas elas podense rebatir, pero creo que
mirándoas con unhas gafas de obxetividade son grandes problemas que realmente están ahí, sobre a mesa.
1 – Medo ao troco

Non é un problema de ninguna distribución GNU/Linux, senon que é un
problema desas persoas ás que debería chegar e convencer. Pero é
un problema importante que non se pode obviar. Si a ninguen nos gusta que
nos troquen de sitio a Súper Barra Unity, o Dock ou as barras de ferramentas, dende logo plantexarnos
un troco de sistema operativo xa conta coa nosa negativa como primeira resposta. Neste tema, existe unha presunción de culpabilidade, unha oposición ao troco, inherente ao ser human.
Pero é que este medo ao troco está moi arraigado na nosa sociedade, e
moito mais no eido da informática. De feito un das frases
favoritas dun administrador de sistemas é:
si algo funciona, non o toques. O triste é que moitas veces leva toda a razón, pero eso é outro cantar. Aquí viña a falar de sistemas operativos.
Hai
personas que traballamos con moitos sistemas operativos (de feito
non tantas persoas como pensamos conocen o concepto de sistema
operativo) e temos unha certa flexibilidade mental pra adaptarnos a un
troco de entorno; pero a realidade é que somos minoría, a gran
maioría levan traballando
desde sempre cun entorno e non
queren trocar. E si esto é así, as estadísticas son claras: a
maioría das persoas usan Windows e non queren trocar porque non conocen outra cousa.
Pero
moitas persoas vencero este medo ao troco, ao diferente, ao
desconocido no tema de sistemas operativos. Xa todos conocemos a
palabra
switcher para definir a aquela persoa que viaxa dun sistema operativo a Mac OS (hoxe en día xa OS X). Pero o troco a
GNU/Linux non está tan ben visto, na cultura popular parece ser algo exclusivo para hackers,
informáticos e/ou
xente rara. É unHa pena, pero é unha realidade.
2 – A instalación: ¿cómo a evitamos?

¿Cál é a porcentaxe de persoas que utilizan un ordeador pero non saberían,
ou non quererían, ou se bloquearían ante a instalación de calquier
sistema operativo? Es cierto, después de aquella noche tratando de
instalar Mandrake
las cosas han cambiado mucho, y para mejor. Si no quieres ya nadie te habla de particiones de intercambio, sistemas de ficheros o puntos de montaje.
Pero
ya hay que aprender a arrancar desde un CD/DVD/USB; por lo visto algo
al alcance de unos pocos privilegiados. La instalación de un sistema
operativo es algo que la propia definición de sistema operativo dice que
debería ser evitada para el usuario final de un ordenador o computadora. Esto es así, y aunque suene un poco totalitario, creo que nadie debería opinar lo contrario.
Apple
desde un principio lo vio claro, sus ordenadores iban con sus sistemas
operativos, olvídate de tener que aprender a instalar, nuestro sistema
operativo te lo vendemos con el ordenador. Todo son facilidades. Windows
también lo tiene fácil, el resto de ordenadores vienen instalados con
la versión del momento… ¿todos? No, pero
date una vuelta por tu gran superficie favorita y echa cuentas.
Quitando la zona Apple, algun Android y puede que haya alguno con
Ubuntu instalado por defecto, todos llevan el sistema operativo de
Microsoft.
Honestamente este es el mayor problema que veo para
que el uso de un sistema operativo GNU/Linux se empiece a utilizar de
forma generalizada. Como comentaba en el punto anterior
una persona, por ciencia infusa, no va a cambiar de sistema operativo. O se lo vendes
MUY bien, o le obligas a hacerlo. Pero en este caso, esa persona lleva la voz cantante y su
zona de confort va a la tienda y pide un ordenador con Windows (pero que no sea el Vista, que ese no funciona bien).
3 – El concepto de switcher, pero aplicado a GNU/Linux

Este punto no puedo empezarlo sino con un punto fuerte de sistemas operativos como Ubuntu. Realmente se trata de
un sistema operativo ready to use.
Es decir, una vez que el sistema operativo se ha instalado puedes
empezar a utilizarlo sin necesidad de instalar nuevos programas. El
perfil de usuario actual de GNU/Linux seguro que instala unos cuantos
programas (Shutter,
VLC, Chromium, ...), pero un usuario medio no necesita instalar nada para utilizar su ordenador a su cien por cien.
Es
cierto, una suite ofimática, un programa para reproducción de vídeo,
otro para escuchar música, un navegador y un programa para ver las fotos
que hemos sacado en la última escapada. Ciertamente esas son las
necesidades normales, y eso es lo que viene con una distribución de hoy
en día. Pero entonces, ¿cuál es el problema? Una frase va a resumir
todo:
muy bonito, pero ahora ¿cómo entro a Google?. Y después de que un pobre e inocente gatito haya sido sacrificado, seguramente tendrá que olvidarse de la
“e” azul y encontrarse con Mozilla Firefox.
Pero
la curva de aprendizaje no sólo se restringe a aprenderse el nuevo nombre de las aplicaciones,
sino que también tendrá que aprender a utilizarlas, porque todo es
parecido, pero no igual. Después de pelearse con la nueva interfaz
Ribbon de Office, volver a LibreOffice, lo cual casi es una bendición,
pero las cosas no están en el mismo sitio. Y no sólo eso, cuando
trabajas en casa y llevas el documento a la oficina te encuentras con la
desagradable sorpresa de que el archivo no lo puedes abrir.
Dejando
de lado el periodo de adaptación a grandes programas como Firefox,
Banshee o el propio LibreOffice, tarde o temprano el usuario querrá
instalar algo nuevo. Afortunadamente inicativas como el Centro de
Software de Ubuntu es una bendición (ya lo comentábamos cuando
hablábamos sobre los mercados de aplicaciones). Buscar e instalar, dicho
y hecho. Pero no todo podía ser tan bonito. El uso de Wine no es una
opción, y hay
muchas aplicaciones y sobre todo juegos que no podremos instalar en nuestro nuevo sistema operativo:
¿por qué mi hijo no puede instalar el nuevo Call of Duty
4 – En una palabra: Drivers

En
estos diez años de historia en los que he estado probando diferentes
distribuciones la mejora ha sido considerable. Y, de nuevo, no es culpa
de los desarrolladores de los entornos GNU/Linux, sino de las compañías
fabricantes del hardware que sólo lanzan sus drivers para Windows y Mac.
La llegada de los
drivers para tarjetas gráficas ATI y nVidia ha sido un gran paso adelante, y la mejora y buen funcionamiento de los mismos un gran salto.
Pero
cómprate un buen ratón con un par botones auxiliares sin los que ya no
puedes vivir (como es mi caso) y prepárate para volverte loco intentado
que funcionen como tu quieres. ¿Tan difícil es que cuando le de a este
botoncito sea como si le hubiera dado a la tecla
retroceso?
Como ya he comentado, no debería volver mi ira hacia el sistema
operativo, sino hacia la compañía que ha fabricado mi ratón, sino hacia
todas esas empresas que llenan las entanterías de las tiendas de las
tiendas y zonas de grandes superficies de informática. Es una realidad,
hay mucho periférico que no funciona al cien por cien en entornos GNU/Linux, y como tal, es un problema.
Problemas con las
impresoras,
ratones y teclados que cuesten algo más de 10 euros cada uno,
tabletas digitalizadoras, software de copias de seguridad que vienen incluidos con muchos discos duros externos, y
un largo etcétera
que se puede añadir a la lista. Para que las empresas desarrollen sus
drivers para Linux necesitan que vayan destinados a un gran público, y
para ello entornos Linux necesitan muchos usuarios (muchísimos, ya que
cada periférico lo utiliza un porcentaje pequeño de usuarios), pero sin
drivers el cambio es un problema.
5 – Siempre acaba habiendo problemas: la consola

Dejadme primero dar mi opinión, que luego entraré con la realidad. Mi opinión, desde siempre, ha sido que
la consola debería ser erradicada,
quemada, incinerada, aplastada y después desintegrada, y si aún quedara
algún resto, lanzarlo al espacio exterior para que pase la eternidad
viajando y que cuando otra civilización lo encuentre, se caigan al suelo
de la risa. A mi me encanta la consola, la uso constantemente, incluso
en Windows y OS X. Me parece un buen recurso y muchas veces más rápido y
eficaz que utilizar las ventanitas.
Pero también me parece un
vestigio de los años ochenta. Tal vez haya personas que añoren trabajar
desde una terminal, o incluso con tarjetas perforadas, pero la realidad
es diferente.
Abrir la terminal debería ser un gesto reservado a unas pocas
personas que tal vez busquen una función más específica del sistema
operativo. Tal vez sólo deba estar reservado a administradores de
sistemas, y espero que en un futuro no muy lejano ni a ellos. Para el
resto de las personas que usan un ordenador, el peor icono que pueden
ver es el de la consola o terminal.
Mi experiencia personal con cualquier distribución es que,
tarde o temprano, acaba apareciendo un problema.
Drivers, Flash, Java o una partición que no quiere arrancar
automáticamente (y esto me pasó con la última de Ubuntu). El algoritmo
para solucionar un problema informático normalmente suele ser muy fácil:
buscarlo en Google. Pues bien, si nos ponemos un sombrero de
objetividad para leer las respuestas que se plantean en los diversos
foros, siempre hay varias soluciones, muchas veces bastante diferentes,
pero en la mayoría de los casos con órdenes de consola que, a veces, no
funcionan porque la respuesta es de hace 5 años.
Si hay algún
problema con otros sistemas operativos la baraja de respuestas es
sencilla: reinicia, pasa un antivirus, reinstala la aplicación o prueba a
crear otro usuario. Pues bien, en ninguno de ellos el usuario tiene que
abrir la dichosa terminal. ¡Pero si en la terminal no puedes utilizar
control + c o
control + v!
Ahora que me las había aprendido, me tengo que aprender otras (aunque
sea con la tecla mayúsculas). Un sistema operativo intenta abstraer la
complejidad de utilizar un hardware complejo,
utilizar la terminal es un paso atrás.
Cinco problemas, diferentes causas
Como habrás podido comprender si has leído hasta aquí, todos estos
problemas orbitan en torno a la idea de hacer que un sistema operativo
GNU/Linux se convierta en el más utilizado del mercado. Personalmente
opino que restringiendo la libertad del usuario y favoreciendo las
relaciones con las empresas fabricantes de hardware ninguna persona
debería tener demasiados problemas para cambiar.
No hay ninguna necesidad que una distribución de hoy en día no cubra. Si
estamos ante un buen sistema operativo, con sus pegas, pero al fin y al
cabo un buen sistema operativo, seguramente una de las cosas que
necesite sean
buenas campañas de marketing, de forma que cuando alguien oiga hablar de Ubuntu (por ejemplo) sepa lo que es, y vea que también es un producto atractivo.
¿Por qué no ver
anuncios de distribuciones GNU/Linux en la televisión, prensa o radio? Otros sistemas operativos hace mucho que aparecen y han creado una buena imagen de marca, si el
gran público no conoce otras alternativas, si no conoce las ventajas, seguro que no va a dar su brazo a torcer para iniciar el cambio.
En Genbeta |
La terminal de Linux no muerde (I): uso básico de la terminal |
Ubuntu 12.04 LTS Precise Pangolin. Primera toma de contacto y calendario de lanzamiento
Imagen |
Evolución